Flujo digital, el “win win” de la nueva odontología
En teoría de juegos, un “win-win” es una situación en la que todos los jugadores sin excepción se benefician del resultado, cada uno en sus diversas circunstancias o competencias. A diferencia de la teoría matemática del “suma cero”, en la que la desventaja de uno supone el beneficio para el otro equilibrando a cero, el “win win” define un escenario en el que todas las partes sin excepción ganan, dentro de una concepción ética y holística donde la totalidad de intereses se cumplen y complementan. En odontología, el flujo digital lo ha transformado todo en la última década, facilitando los tratamientos a pacientes, la práctica clínica a los especialistas dentales y el acierto milimétrico a los protésicos.
El win win para el cliente de la clínica dental, gracias al flujo digital
En base al paciente, las ventajas del flujo digital en la clínica dental han revolucionado la odontología, gracias al diagnóstico y planificación del tratamiento sin intervenciones invasivas, más rápidas, eficaces y menos dolorosas, donde se pueden anticipar los resultados, de forma óptima y sin errores.
La digitalización radiológica, previa al diseño (CAD) y producción (CAM) de elementos protésicos u ortodóncicos, realizada en apenas unos minutos, ha relegado por fin al olvido las largas y desagradables esperas en el sillón con la boca abierta para hacer los moldes en escayola, aperturas de encías previas a la colocación de implantes, rehabilitaciones complejas, puntos, inflamaciones, dolor…
Y todo gracias a escáneres extra e intraorales que generan con rapidez imágenes detalladísimas de la cavidad bucal, en color y 3D, permitiendo diagnósticos rápidos y exactos, descartando errores y acelerando soluciones precisas de tratamiento.
El win win para el diseño dental (CAD), gracias al flujo digital
La toma de imágenes que realizan los nuevos escáneres, dadas su cada vez mejores cámaras, ofrecen una precisión, exactitud, que permiten realizar diseños muy precisos y ajustados a las características faciales de los pacientes, facilitando las restauraciones individuales muy naturales y absolutamente a medida.
El paso de estas imágenes tomadas por los escáneres extra o intraorales al programa o software al que están conectados digitalmente, es lo que se denomina CAD (acrónonimo del inglés, Computer Aided Design, y que en español traducimos como Diseño Asistido por Ordenador).
Esta recogida de imágenes en clínica mediante escáneres, en combinación de un software de diseño que se conectaba directamente con los laboratorios de fabricación de prótesis (CAM) supuso toda una revolución en la odontología hace apenas un lustro. Pero este protocolo básico de trabajo a través de diseño CAD, ofrecía únicamente una solución de restauración estándar conforme al programa informático, lo que se traducía en una estandarización de los diseños a base de restauraciones prediseñadas.
Y es aquí donde, en la actualidad, se está produciendo una nueva revolución en el sector dental, perfeccionándose o completándose el flujo digital: la estandarización en la exportación de datos en archivos en STL de las imágenes tomadas en clínica, sin licencias, de tal forma que esta última puede elegir con total libertad quién le realiza los diseños a medida, con la posibilidad, incluso, de corregir defectos o errores prácticamente en el momento. Todo un win win para el conjunto de la odontología digital.
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El win win para los laboratorios dentales (CAM), gracias al flujo digital
Tras la fase de diseño, llega el momento de fabricación o manufactura de los diseños de restauración. El archivo digital 3D generado por el diseñador pasa a ser producido en el laboratorio dental. El ajuste de parámetros según la restauración diseñada milimétricamente en la fase CAD, junto con los materiales usados, permiten obtener un resultados prácticamente perfectos, altamente precisos, sin apenas margen posible de error.
Al trabajar en un flujo digital completo –es decir, sin estar condicionado al flujo directo entre clínica y laboratorio sujeto a formatos digitales predefinidos–, cada profesional odontológico puede optar con total libertad por diseños libres que den respuesta exacta a las necesidades de sus clientes. Y todo ello prácticamente en el momento, con el paciente en consulta.
Las dinámicas “win win” se apoyan básicamente en la distribución de tareas y la cooperación entre partes con el objetivo de alcanzar el éxito total de todas las partes, cada una de ellas igual de importantes. Transformada la odontología por los flujos digitales completos, la predictibilidad de los tratamientos parece, a día de hoy, insuperable.